Raza de gatos pixie bob

Pixie bob

Historia de la raza

El origen de la raza pixie bob no está del todo claro. La leyenda cuenta que un pequeño lince rojo se apareó con una gata doméstica de una granja aislada en el Oeste americano y que esta raza no es sino una especie de gatos con la apariencia del padre pero con el carácter de un gato doméstico.

En cualquier caso, su país de origen es Estados Unidos. En 1985, Carol Ann Brewer, criadora del estado de Washington, comienza un programa de cría de la raza pixie bob tras conocer la historia de la raza directamente de los granjeros dueños de la gata doméstica madre de los pequeños. Para ello eligió un macho y una hembra que, supuestamente, descendían directamente de los aquel famoso cruce inicial.

Del cruce de estos dos ejemplares nació una hembra que se asemejaba al lince y que sirvió como base para el trabajo de los criadores. El nombre de la raza le viene de Pixie y del nombre de sus supuestos ancestros, los linces o bobcats en inglés.

Posteriormente se han llevado a cabo exámenes de sangre para determinar si había rastros de hibridación en esta raza, pero todos los resultados han sido negativos.

La primera vez que la raza fue reconocida como tal fue en el año 1994 por la TICA (The International Cat Association). No obstante no pudo competir en competiciones de belleza hasta 1998.

Una de las fuentes de problemas con las comisiones de las exposiciones y que le impedían competir eran los pies polidáctiles de la raza. Esto quiere decir que éstos tienen un número de dedos superior al estándar (puede presentar hasta 7 dedos por pie). Rasgo que, por otra parte, es propio de las razas salvajes.

Características de la raza

Aunque los gatos pixie bob pueden vivir de una forma totalmente independiente, en realidad son animales más bien “vagos” e inteligentes que han entendido que es más sencillo para ellos recibir la comida de manos de su amo en lugar de ir a cazarla en la naturaleza. Por ello su estilo de vida ideal es una cama en un lugar calentito rodeado de gente dispuesta a cuidarle y a hacer todo por él.

Igual que no es un gato salvaje en cuanto a la caza y a los hábitos de vida, tampoco lo es de trato. La raza pixie bob es tranquila y amable generalmente con todos los miembros de la familia y ha aprendido que dando amor recibirá mucho amor.

De hecho es un animal que necesita contacto físico con sus dueños, tanto que muchos creen que tiene más de perro que de gato. Acompañará encantado a su dueño a todas parte y disfruta con la presencia de los niños.

Como vemos lo único que conserva de su origen salvaje es su aspecto físico, ya que prefiere el confort del apartamento a la vida salvaje y es un excelente compañero para cualquier persona, sin la más mínima muestra de agresividad. De sus orígenes salvajes sí ha mantenido su amor por el agua, por lo que no será raro verle dormir en el lavabo o jugar con el grifo del agua.

Antes hablábamos de sus múltiples dedos. Pues es necesario aclarar que estos gatos son muy hábiles con sus patas, tanto como las ardillas. Este gato es capaz de agarrar objetos y alimentos con gran destreza y es mágico verle mordisquear su botín.

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