Obesidad felina

Obesidad felina

La obesidad felina está considerada actualmente como una patología real. Y es que ésta puede tener graves consecuencias en la salud de nuestros gatos: reducir su longevidad, problemas articulares, aparición de infecciones, problemas cardiorespiratorios, etc.

¿Cómo saber si nuestro gato tiene sobrepeso?

Por desgracia no hay ningún cálculo para determinar el índice de masa corporal (IMC) en los gatos como lo hay en los seres humanos. Por ello siempre se aconseja la observación de la silueta del animal.

Si las costillas y la columna vertebral del gato son difícilmente palpables o si la altura de la cruz ya no es visible, se considera que el gato presenta exceso peso. Si hay una distensión abdominal muy evidente, entonces el gato es obeso.

También puedes fijarte en señales de su comportamiento como dificultad para saltar a los muebles, disminución del aseo diario, etc. Si quieres asegurarte del todo, tu veterinario te puede indicar su nivel de obesidad durante una consulta rutinaria.

¿Qué hacer si nuestro gato es obeso?

Generalmente es difícil hacer perder peso a un gato, por ello es tan importante prevenir antes de llegar a esta situación. Pero una vez en ese punto es importante definir las necesidades de energía y el peso ideal del gato. Una vez definidas podremos comenzar la dieta de nuestra mascota.

Para hacer perder peso a un gato, debemos eliminar por completo la comida a voluntad. Si tenemos varios gatos en casa, deberemos separarle a la hora de comer de éstos. Para perder peso debemos reducir su ingesta de calorías y aumentar su consumo de fibra. También es necesario dividir las comidas en 4 o 5 tomas para evitar que el gato fije demasiado las grasas.

Su alimentación debe ser estable, es decir, siempre la misma. No se recomienda cambiar el tipo de alimento (croquetas, latas, comida hecha en casa), ya que eso promueve el aumento de peso. Los veterinarios generalmente recomiendan que la dieta sea a base de croquetas, ya que las raciones son más fáciles de determinar.

Y en lugar de limitar la cantidad de alimento diario que recibe el gato (lo que podría generarle ansiedad), lo recomendable es cambiar a alimentos energéticos light, con una concentración de energía y de lípidos reducida, pero que cubre todas las necesidades nutricionales del gato. Las fibras se aumentan para aumentar la sensación de saciedad.

En paralelo con esta nueva dieta, debemos aumentar la actividad física de nuestra mascota para incrementar el gasto de energía reduciendo al mínimo la pérdida de músculo.

No te desanimes si la pérdida de peso tarda en llegar, ya que este proceso a veces puede ser largo, pero los resultados llegarán y serán increíbles si estamos concienciados y motivados a seguir la dieta y los consejos del veterinario de una forma estricta.

¿Y si el gato no pierde peso a pesar de una dieta estricta?

En ese caso te aconsejamos que consultes a tu veterinario, ya que es posible que tu animal presente algún tipo de patología. Algunas limitan la pérdida de peso o, directamente, hacen que ésta sea imposible.

¿Qué hacer después de la dieta para que el gato vuelva a coger peso?

Una vez nuestra mascota esté con un aspecto ideal lo mejor es usar la prevención que decíamos al principio del artículo. Sobre todo debemos mantener una dieta estable y adaptada exactamente a las necesidades de nuestro animal dependiendo de la edad, el tamaño, la actividad y la raza.

Por supuesto nunca debemos ceder ante las demandas de nuestra mascota de golosinas o comida de nuestra mesa. Además es esencial controlar el peso del gato cada mes y llevar un seguimiento.

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