Cómo elegir el mejor rascador para gatos

Todos los gatos sienten la necesidad de afilar sus uñas. Por eso, si tu casa cuenta con jardín o terraza y tu gato tiene acceso al exterior, le verás afilándose las uñas en algún tronco de árbol.

Esta costumbre que puede resultarnos molesta cuando desarrollan fijación por nuestro sofá, responde a una necesidad de deshacerse de uñas viejas, afilar las nuevas, estirar el cuerpo y, además, marcar su territorio. Los gatos cuentan con feromonas en las glándulas situadas en las almohadillas de sus patas y, con ellas, dejan su olor para que otros animales (especialmente otros felinos) sepan que ese territorio está marcado. Es una conducta totalmente normal que pertenece a la naturaleza de nuestro gato, por lo que no te recomendamos que trates de reprimirla. Ahora bien, ¿qué hacer cuando nuestro gato se afila las uñas en nuestros muebles?

Consejos para elegir el mejor rascador de gatos

Si nunca le has comprado un rascador a tu peludo amigo, deberás tener en cuenta algunos aspectos previos para que tu compra sea exitosa. Lo primero que deberás analizar es la frecuencia con la que tu gato se afila las uñas y los objetos que utiliza para ello. Este último dato, en concreto, te servirá para saber si tu minino prefiere las superficies verticales o las superficies horizontales y, además, también te dará pistas sobre su preferencia de texturas (suaves, ásperas, arrugadas, etcétera).

Los gustos de nuestro amigo es algo que deberemos tener especialmente en cuenta si queremos que la inversión en el rascador valga la pena, como nos indican desde RascadorparaGatos.com, especialistas en esta materia. En función de esto podrás decantarte por un poste rascador si tu gato rasca los muebles mientras está a dos patas o si lo que necesitará será una caja rascadora, especialmente si nuestro gato se dedica a rascar en la alfombra, por ejemplo.

También será importante que tengas en cuenta, como te hemos dicho, la frecuencia con la que se afila las uñas. Esto te dará una pista sobre si necesitas un rascador hecho con materiales más o menos resistentes, de manera que no tengas que estar cambiándolo cada poco tiempo.

Una vez tengas claras las preferencias del minino, podrás empezar a pensar en otras cuestiones vitales para saber el tipo de rascador que más te conviene comprar. Por ejemplo, el espacio del que dispongas en tu casa y especialmente en la estancia en la que quieras situar el rascador, que debería ser aquella en la que el gato se sienta más cómodo y donde más tiempo suela pasar, habitualmente.

Qué forma elegir para el rascador

Son varias las formas de rascador que existen en el mercado y no todas agradarán a tu gato, razón por la que te hemos insistido en que necesitarás conocer cuáles son sus gustos.

Con forma de poste

Estos rascadores que tienen forma de columna o de poste son ideales para casas o estancias que no cuentan con una gran cantidad de espacio o en aquellas en las que no se quiere saturar el mismo. Son de los rascadores más económicos, por ser el más común. Cuenta con una amplia gama de texturas, desde felpa, mimbre o incluso con pelaje de peluche. Además, resultan especialmente fáciles de montar y mantener.

Con forma de barril o cueva

Este tipo de rascador gusta en especial a los gatos que disfrutan escondiéndose, que suelen ser todos. Ofrece la posibilidad de que se afilen las uñas fuera y también de que puedan esconderse y relajarse en el interior del barrio o la cueva.

Con forma de árbol

Están pensados para casas más grandes o incluso para aquellas que cuentan con más de un gato, ya que son miniparques de disfrute para los mininos. Suelen contar con varios accesorios y distintas zonas de rascadores, algunos de ellos con diferentes texturas. Son la mejor opción para mantener a nuestros gatos activos y entretenidos, además de que las distintas alturas les ofrece la posibilidad de visualizar su entorno y todo lo que ocurre en la casa mientras están tumbados en la parte más superior, algo que les encanta.

Rascadores de techo

Algunos rascadores se pueden fijar al techo a una altura regulable hasta casi 3 metros, de manera que tu peludo amigo pueda dedicarse a escalar a sus anchas. Tienen la ventaja de que, al no contar con una base, te ayudan a ahorrar espacio.